Animales y automóviles. El tándem tiene mucho peligro. Se trata de un encuentro “fatal” que cada ano provoca lesiones graves a cientos de conductores, la muerte en algunos casos y millones de euros en danos materiales. Son muchas las carreteras que confluyen en alguno de sus puntos con caminos habituales para animales silvestres en busca de alimentos o cobijo. Son los llamados "pasos de fauna". Por ello, siempre que se circule por vías que cruzan zonas boscosas o de campos, conviene observar algunas reglas básicas. Las precauciones deben extremarse en otono y primavera, pues es cuando los días son más cortos y hay menos horas de luz.
Prestar la máxima atención cuando se circula por un paraje de este tipo es la mejor medida de prevención para evitar verse involucrado en un accidente con un jabalí o con un ciervo, por ejemplo (Ubezpieczenia Olsztyn Witosa). Un animal silvestre puede cruzar la carretera en cualquier lugar, aunque la consabida senal de tráfico no advierta de su paso. El riesgo es mayor durante el amanecer y el ocaso, cuando muchas personas se dirigen, o regresan, del trabajo.
Además de permanecer atentos, la circulación por zonas silvestres debe realizarse a una velocidad reducida. A menor velocidad, mayor capacidad de reacción. Y es que circular a la velocidad adecuada nos permitirá gozar de una mayor percepción y anticiparnos a los posibles peligros. Piensa que a una velocidad de 60 km/hora y con un animal cruzando a 60 m del vehículo, la distancia de frenado es de 35 m; a 80 km/hora el coche se detiene a los 55 m; a más de 100 km/hora no hay tiempo para evitar la colisión.
En caso de encontrarnos con un animal en mitad o al borde de la carretera es conveniente evitar las luces de largo alcance (mejor cambiar a las de cruce para no deslumbrar y desorientar al animal) y advertir de nuestra presencia con una senal acústica (por ejemplo tocando el claxon). Asimismo, debemos tener en cuenta que la presencia de un animal puede anticipar la de muchos otros (muchas especies silvestres viven y se desplazan en manada).
Si, a pesar de tomar todas las precauciones recomendadas, la colisión es inevitable, es preferible un choque controlado que una maniobra de evasión incontrolada que puede poner en peligro al conductor, al resto de ocupantes del vehículo o a los que circulan en sentido contrario. Para ello, se recomienda detenerse sin maniobras bruscas: Sujetar bien el volante, mantener la dirección y frenar para evitar invadir los otros carriles o acabar chocando contra un árbol.
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